Optimización del entrenamiento de verracos para inseminación artificial: Técnicas y procedimientos

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El entrenamiento de verracos para inseminación artificial utiliza potros móviles o fijos. Este proceso asegura una extracción segura de semen, comenzando desde los 6 meses de edad.

El entrenamiento de los verracos consiste en hacerlos saltar sobre un potro o maniquí para poder realizar la extracción de semen. Para proceder, el potro o maniquí ha de ser fácil de transportar y ligeramente más bajo que la altura de los ojos del verraco, por lo que debe tener las medidas aproximadas a una cerda primeriza.
Debe ser lo suficientemente cómodo y firme para que el animal no sufra daño y mantenga la estabilidad durante el procedimiento.


Hay que tener en cuenta el comportamiento sexual natural del verraco ante la hembra que, de forma general, va precedido por olfateos y golpes de hocico en los flancos y parte posterior de la hembra, produciéndose finalmente el salto en la mayoría de los casos.


Un verraco puede comenzar a ser entrenado a partir de los 6 - 7 meses de edad. Los machos adultos que ya han sido utilizados para la monta natural no presentan ningún inconveniente para someterles a entrenamiento, aunque en ciertas ocasiones, con determinados machos, no se logra el objetivo de que salte sobre el potro. Es conveniente que los animales estén alojados individualmente, puesto que si están agrupados resulta más laborioso su aprendizaje.


El entrenamiento se puede realizar con potro móvil o directamente en el potro fijo situado en la sala de recogida de semen, si bien, es recomendable empezar con el potro móvil para que los primeros contactos se realicen en su propia verraquera. Así, el animal puede centrar su atención en el “nuevo objeto” que se le ha presentado. También es importante que estos primeros contactos se hagan en presencia exclusivamente de la persona encargada de su manejo.

El potro debe estar impregnado de olores que estimulen la libido que se consigue rociándolo con orina de cerda en celo o con semen de otro verraco. El operador debe realizar movimientos de vaivén con el maniquí para posteriormente mantenerlo inmóvil simulando la inmovilización de la hembra en celo. Si las circunstancias lo requieren se podrá imitar el gruñido de la cerda durante el entrenamiento o hablar para llamar la atención del macho acercándole al hocico un recipiente conteniendo semen de otro verraco para estimularlo y atraerlo al potro, colocando a continuación el recipiente sobre el maniquí para forzarle a montar si quiere alcanzarlo. Esta operación se puede realizar también con pienso.


Las sesiones han de tener una duración de 15 minutos aproximadamente y frecuencia diaria, por la mañana y por la tarde.


Una vez que se ha logrado que el verraco salte sobre el maniquí, está conseguido lo más difícil. A continuación, se debe habituar al macho al potro durante 2 semanas con intervalos de descanso de 3 - 4 días entre saltos y recogidas de semen. Terminado este período se entrará en un sistema más adecuado de ritmo
de recogidas seminales de acuerdo a la edad y la concentración espermática de los eyaculados obtenidos; verracos menores de un año o mayores de esta edad pero que proporcionen eyaculados con concentraciones por debajo de los 50 o 60.000 millones de espermatozoides totales deben continuar a un ritmo de una vez por semana, aquellos mayores de un año concentraciones superiores pueden ser manejados a un ritmo de una extracción cada 5 días, es decir, 3 extracciones en dos semanas.

Aquellos verracos con alta producción seminal, más de 100.000 millones de espermatozoides totales, pueden ser manejados durante algunos periodos de tiempo limitados al ritmo de 2 extracciones por semana, es decir, alternando periodos de 2 o 3 semanas al ritmo alto de 2 extracciones por semana con periodos de otras 2 o 3 semanas a un ritmo de trabajo más bajo, 3 extracciones en dos semanas.


Se recomienda tener la máxima paciencia ya que no todos los verracos evolucionan de la misma manera. Es importante conocer la psicología y el comportamiento sexual del verraco observando la actitud del macho para decidir qué hacer en cada momento.

TRUCOS

Si pasadas 4 o 5 sesiones de entrenamiento no hemos obtenido ningún resultado podemos ayudarnos de la utilización de prostaglandina F2α (PGF2α) natural, Dinoprost. La forma de utilizar este producto es la siguiente: inyectar el Dinoprost a la dosis indicada por el fabricante, habitualmente 2 cc, esperar 15 - 20 minutos hasta la introducción del potro en el corral del verraco y empezar a trabajar de la manera habitual intentando aprovechar el nerviosismo originado por la inyección de prostaglandina. Si el macho sube al potro y logramos hacer una extracción, 24 - 48 horas después debemos volverlo a intentar ayudándonos de la prostaglandina y si el macho vuelve a subir, al día siguiente debemos intentarlo otra vez, pero ya sin el apoyo de la prostaglandina. No debemos abusar de esta hormona para que el macho no se haga dependiente de este manejo (inyección) y así, evitar que durante toda la vida del animal tengamos que utilizarla para hacerle subir al potro.

Si trabajamos con sistemas automáticos de recogida o de “manos libres” también debemos preparar al macho para trabajar con estos sistemas. La forma mejor de hacerlo es entrenar al macho de la manera habitual haciendo 2 o 3 recogidas y luego llevarlo al sistema automático para que se adapte al mismo. Hay algunos machos jóvenes a los que les cuesta un tiempo adaptarse a estos sistemas, aunque normalmente no hay problema y en un par de sesiones el macho queda listo para entrar en producción.

Para acceder al producto, haga click en la imagen

                                                                        

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